LO QUE LA PUBLICIDAD ESCONDE

Que la publicidad se construye en base a estereotipos y reafirmando los códigos sociales existentes no es ninguna novedad. No podemos olvidar cuál es el objetivo de un anuncio: cambiar la conducta de quien lo recibe, sea comprando algo, siguiendo algo, adhiriéndose a algo, votando algo... Así que la psicología, la neurociencia o la sociología son disciplinas que, ahora mismo, tienen su papel en el mercado publicitario. No olvidemos tampoco el valor económico que encierra todo lo relacionado con la publicidad. Así que este es uno de los medios, hoy en día, mas influyentes para crear estados de opinión, para marcar tendencias...para cambiar el imaginario social. Si fuera ese su propósito, que no lo es.

Entre la publicidad de los años 50 (quizá el momento en el que esta industria se convirtión en una de las más potentes en el mundo occidental, representado en ese momento por Norteamérica) y la de hoy existen profundas diferencias, no solo formales, también de fondo. No podría ser de otra manera: el mundo de los 50 y el de 2021 no se parecen mucho. Si exceptuamos el machismo, claro. Por eso los estereotipos de género siguen marcando de forma inevitable la publicidad. Tanto es así, que aún nos sorprenden campañas (por ser muy excepcionales) en las que son los hombres los que hablan del poder limpiador del detergente o de cómo es de fácil conectar el lavavajillas.

Mientras, seguimos sin enseñar en la escuela una verdadera mirada crítica de la imagen y los mass media. Aunque habrá algunas excepciones.

Por aterrizar en lo concreto: he aquí un anuncio de ¿acaso importa qué vende? El producto no aparece hasta el momento final y, aunque está bien incorporado a la narración, podrían ser bastantes otras cosas las que se ofertaran. Porque, desde el primer momento, lo que vemos es la imagen mas estereotipada de un hombre joven y una mujer joven. Para él, indolencia, televisión, dejadez, poco cuidado, un cierto desorden, una cierta torpeza, la fuerza bruta para solucionar los problemas. Para ella: seducción, hipersexualización. Al final se trataba de abrir una puerta. 





La parte técnica está, como es habitual en publicidad, muy bien resuelta. Pensemos que, en pocos segundos (95) consiguen narrarnos una historia completa. Y lo hacen asegurándose, desde el primer momento, nuestra atención. En el caso de este anuncio, la historia es una buena "percha" para lo que se vende, al fin y al cabo ese hombre tan torpe necesita realmente abrir esa puerta. Lo terrible es que el aderezo con el que se han asegurado nuestra atención y que, finalmente, reafirma lo que ya sabemos, sea tan estereotipado. Con la cantidad de tiempo que nos vemos en la obligación de consumir publicidad ¡no quiero ni pensar lo que se podría conseguir si se hiciera realmente en contra de los estereotipos de género!

la lista de reproducción del IAM en Youtube con malas prácticas publicitarias (MALAS PRÁCTICAS) es una buenísima herramienta con la que trabajar en clase. 

Pero no quiero acabar así de triste: hay otra publicidad. Escasa, pero existe.



Quedémonos con eso.

Comentarios

Entradas populares de este blog